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16 de junio de 2012

Flora del paseo del Muro de San Lorenzo. 1-Campu Valdés.

Nos reíamos de pequeños con un viejo chiste: la playa de San Lorenzo es la más grande del mundo, porque comienza en Casablanca (antiguo merendero a la altura del actual Bellavista) y termina en casa dios (evidentemente por la iglesia de San Pedro). Desconocíamos la lejanía de Casablanca, pero en aquella época era indispensable conocer la infinitud celestial y de ahí nuestra hilaridad.


Hoy forma parte de la senda costera y recorrida a diario por gijoneses con ganas de perder peso, unos obligados, otros por rutina y una mayoría disfrutando de los espectáculos que proporcionan el cantábrico o la "peña" :





Pocos son los que se paran a contemplar la flora, ornamental o silvestre, creo que por desconocimiento; las flores, árboles o hierbajos cuando tienen nombre despiertan interés. Somos fisgones. Para satisfacer esta curiosidad me entretengo en fotografiar y mostrar algo de lo que podemos encontrar en nuestro paseo.

Comienzo en el Campu Valdés,






donde se mantienen los viejos negrillos (Ulmus minor)

Donde anida la urraca (Pica pica)







y plátanos de sombra (Platanus hispanica), que sobrevivieron a las mudanzas del suelo y excavaciones arqueológicas, sus raíces están firmemente asentadas entre las piedras romanas.











El tilo plateado o húngaro (Tilia tomentosa) que tiene un denso tomento de pelos estrellados en el envés, dándole aspecto brillante cuando las eleva el viento












Y el tilo de hojas pequeñas (Tilia cordata)

























Presente en todo el paseo, la palmera cordiline (Cordyline australis).
















Un seto de hebe paralelo al muro del colegio Santo Angel (Hebe x "Franciscana"),





  y tres alrededor de los plátanos situados en la entrada principal del mismo colegio (en un arreglo de los jardines en enero de 2012 han sido eliminadas)
Hebe "Icing Sugar"
Hebe "Spender's Seedling"

Hebe "Wiri Image"



















La flora silvestre aprovecha todos los rincones, así en las paredes del muro del colegio surgen la paletilla o hierba del muro (Parietaria judaica)















la juntapulpa o palomilla de muro (Cymbalaria muralis),
























y dos helechos: el culantrillo de mar (Asplenium marinum)
 















y el cabello de venus (Adiantum capillum-veneris)















Entre el césped, cuando pasa cierto
tiempo sin segar, las conocidas margaritas (Bellis perennis),










la almizclera o barbadejos (Erodium moschatum),












el zurrón de pastor (Capsella burso-pastoris), llamada así por la forma de sus frutos,









 y el trébol blanco (Trifolium repens).











En los resquicios entre baldosas el  llantén mayor (Plantago major)






 el estrellamar (Plantago coronopus),








el cerrajón (Sonchus oleraceus),











la mostaza  (Sinapis arvensis),










  y una acedera, la paniega (Rumex obtusifolius).























En las paredes externas de la iglesia, la hierba mora (Solanum nigrum),





y un poco más a abajo, en las juntas con el suelo, el bledo rastrero (Amaranthus deflexus),
















 y la cervellina (Coronopus didymus).















Finalmente, asomándonos al mar, entre las grietas del muro, colgando sobre el pedreru, un taray (Tamarix canariensis)

3 comentarios:

fenixavisunica dijo...

Buenísimo el recorrido, desconocía la última especie de tilo. Solo espero que el ilustrísimo ayuntamiento no lea este blog, porque la brigada antipaniegas, y no digamos la antipobresmargaritasquéculpatendránellas, son de las más activas (y desesperantenmente madrugadoras y ruidosas) que conozco.
Saludinos...

Jose dijo...

Muy bonito itinerario florístico. A ver si ese pueblín te da para hacer segunda parte.

César dijo...

Actúan las brigadas, sobre todo antes de las bodas...no me preocupa, volverán a crecer.
Queda una segunda y al menos una tercera o cuarta parte, en ello estoy, esti pueblín da pa mucho.
Yo tampoco sabía de tanta variedad, quedé sorprendido.
Saludos.