Por la playa y el pedreru gijonés siguen los correlimos oscuros, hasta 12 conté. Despistado, un zarapito trinador y entre lluvia y lluvia un charrán patinegro con anilla metálica imposible de leer.
Por el Arbeyal, avisaron los amigos, y puede ver a uno de los zampullines cuellirojos (el negro no apareció en esos momentos), los dos colimbros grandes y a lo lejos un par de negrones.
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