Sí, es posible ver a lo largo del año un montón de especies; las pequeñas suelen pasar desapercibidas. Por ejemplo el pulgón negro de las habas (Aphis fabae)
alimentándose de la acelga marina (Beta marítima),
mientras que la
mariquita (Tytthpasis
sedecimpunctata), depredadora del
áfido, está al acecho.
Sin embargo, cualquier
aficionado con una cámara y paciencia
puede perfectamente captar imágenes. Incluso rodar documentales estilo
Atterenbourg. No es broma, en pleno jaleo de visitantes ajenos a este mundillo,
he visto esta primavera a los halcones (Falco peregrinus) novatos lanzarse intrépidos
sobre gaviotas encima del “Elogio del Horizonte”.
Alguna, el juvenil anillado por el grupo
Mavea (con los caracteres AL4X), fue encontrada muerta, no sabemos si por la
rapaz o por otras causas. Pude fotografiarla todavía viva.
Lo normal es que persigan a las palomas domésticas (Columba livia),
incluso a alguna torcaz (Columba palumbus) que de vez en cuando aparece
mientras otros residentes que allí crían, como el
el mirlo (Turdus merula)
o el gorrión común (Passer domésticus) salen
despavoridos
o se esconden en los desarrollados arbustos
ornamentales de hoja perenne, pitosporos (Pittosporum tobira),
alguno como éste, invasor en la zona de acantilados,
el siempre verde ( Myoporum laetum)
y tamariscos (Tamarix parviflora) ,
repartidos por esta loma
Los raitanes migrantes (Erithacus rubecula) también encuentran
en ellos cobijo.
puesto que las hebes resultan algo insuficientes
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