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23 de febrero de 2017

Playa de Poniente, 21 de febrero.

En uno de sus muros, el primero, que va desde talaso hasta la entrada principal a la playa, por su parte interna, en este invierno tardío ya florecen algunas plantas tempraneras, como matacandil (Sisymbrium irio)
Matacandil

Matacandil

La giralda (Coleostephus myconis), que suele florecer desde abril hasta noviembre, luce espectacular
Giralda

Giralda


 mientras que la palomilla de muro (Cymbalaria muralis) es más discreta

Palomilla de muro
En esta pared artificial de rocas pululan los helechos, hasta cuatro diferentes: el culantrillo negro (Aspleniun adiantum-nigrum), el culantrillo blanco (Aspleniun ruta-muraria), el culantrillo bastardo (Asplenium trichomanes) y polipodio Polipodium sp.

Culantrillo negro y culantrillo bastardo

Culantrillo blanco

Polipodio
La parietaria (Parietaria judaica) y el senecio común (Senecio vulgaris), también aprovechan los huecos.

Parietaria al lado de polipodio

Senecio común
Mientras que una de las orejas de ratón (Cerastium diffusum) crece en el lugar apropiado, arenales, la otra, el zurrón de pastor (Capsella bursa-pastoris), con tal de medrar, hasta en la arena.

Zurrón de pastor

Oreja de ratón
Pariente cercano de la oreja de ratón es una de las estrelladas (Stellaria palida), que se caracteriza por no tener pétalos, en la foto vemos su cápsula abierta que los simula

Stellaria pallida

Stellaria pallida
A destiempo, las uvas del diablo (Solanum dulcamara) muestra sus frutos y la invasora flor de las mariposas (Buddleja davidii), una de sus ramas creciendo, al lado de la cerraja (Sonchus oleraceus).


Uvas del diablo
Flor de las mariposas creciendo
Cerraja

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