Tarro maorí, la hembra tiene la cabeza de color blanco.
Parque Isabel la Católica, noviembre de 2005 y de 2009.
Viajes oníricos.
En sus viajes oníricos reposa en planteas deshabitados, como aquél cubierto por completo de una arena fina y brillante mire por donde mire, en cualquier dirección. Sin mar, ni árboles ni piedras. Sólo dunas.
Los días de queme excesivo en el trabajo se planta en mercurio dos. Así lo llamó por el aire incandescente que tortura a los dobles imaginarios de sus colegas bravucones, o del novio, que aprovechando su complacencia, se deja llevar por gritos y exasperación cuando ella tarda dos minutos en llegar a la cita.
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